TODOS LOS CAMINOS LLEVAN AL CAMINO

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16 de diciembre de 2010

25 de mayo de 2010

La Cofradía de La Flor Solar - Historia


LA COFRADÍA DE LA FLOR SOLAR
HISTORIA

La Cofradía de La Flor Solar durante el verano de 1967 propuso unir la vida al arte (acción y pensamiento) y buscar la fórmula para cambiar el corazón del hombre para, así, poder cambiar al mundo, expresando esta idea con canciones y toda clase de slogans imaginativos y estéticos, un año después y con más prensa, los protagonistas del “mayo francés”, hicieron lo propio.

Aspiró a cambiar la sociedad que le tocó en suerte.

Semejante pretensión pertenece al rango de los gestos de amor, su pequeña historia es la historia de semejante pasión.

A los que participamos del intento la experiencia nos selló, no podría decir si logramos “unir el arte a la vida” pero en todos los que sobreviven se descubre una manera “especial” de vivirla y a ninguno le es ajeno el arte.

Gente que vivió en La Cofradía de La Flor Solar: Isabel Vivanco (escenógrafa), Salvador Kalékin (escritor), Nestor Candy (poeta/músico), Ercilia Vivanco (artista plástica), Morcy Requena (músico), Manija Paz (músico), Marta Pedemonte (artesana), Luìs y Anita Creus (fotógrafo/actriz), Néstor Paúl (músico/artesano), Ricardo Legna (productor), Adán Quieto (*) (cantor/artesano), Hugo Pascua (músico/antropólogo/luthier), Ana Dabracchio (danzarina), Meneka Hikis (periodista), Mono Cohen (manager/plástico), Mónica Benitez (artesana), Fito Pazienza (artesano), Kubero Díaz (músico/ plástico), Enrique García (filósofo), Ana Barreda (fotógrafa/cineasta), Negri Gomez (artesana), Negro Hugo (artesano) Quique Gornatti (músico) Raquel Maidana (artesana)

Visitantes asiduos: Jorge Pinchevsky (músico), Daniel Beilinson (artesano/gurú), Eduardo Skay Beilinson (músico) Guillermo Beilinson (cineasta) Abel Facello (escenógrafo) Alejandro Medina (músico) Javier Martínez (músico) Diego Rodríguez (músico) Javier Lizardi (teósofo) Miguel Cantilo (músico) Billy Bond (músico), Poly Castro (artesana)

Visitantes ocasionales: Miguel Grinberg (escritor), Jorge Pistocchi (editor/filósofo), Claudio Gabis (músico) Jorge Alvarez (editor), Pierre Bayona (productor), Luis Alberto Spinetta (músico), Rodolfo García (músico), los músicos de “Vox Dei”, los músicos de “Orion`s Bethoven”

El grupo inicial se conformó con algunos estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de La Plata, Argentina que, luego de haber ganado el Centro de Estudiantes militando en una agrupación independiente de tendencia anarcoide, tuvieron que irse de la Escuela por el acoso al que eran sometidos por la intervención de la Escuela luego del golpe de estado realizado por el general Onganía en 1966.

Este grupo tomó una casa donde originariamente había una pensión de estudiantes pero que en ese momento ya no se cobraba alquiler porque estaba próxima a ser demolida.

Más tarde alquilaron otra casa para vivir y finalmente terminaron en una especie de quinta de una hectárea con una especie de mansión y un parque arbolado en los arrabales de la ciudad.

Como ese grupo estaba formado por gente absolutamente insolvente (estudiantes de arte) hubo que inventar la manera de asegurar la economía del mismo y se recurrió a armar un taller de serigrafía, se realizaban toda clase de carteles y afiches para espectáculos de la ciudad, taller de artesanías.

Prácticamente se “inventó” la artesanía urbana, esa que puebla las plazas aún hoy, los músicos eran muy hábiles y adaptables por lo que hacían frecuentes “cambios” en orquestas populares que solían tocar en bailes y cabarets. “Cambio” se denominaba hacer un reemplazo de algún músico enfermo o faltante, decoración de bares o comercios, aprovechar los equipos que se disponían para hacer servicio de sonido a otros espectáculos.

Y finalmente, luego de crear un grupo en el género rock que procurara unir la poesía a la música y además esto lo hiciera en idioma castellano como novedad, a través de actuaciones en diversos lugares, autogestionando la producción de conciertos y festivales varios, se lograban entradas económicas.

Para realizar todas estas actividades, además de ejercicios de meditación a los que nos acostumbramos desde el principio, tuvimos que recurrir a una suerte de organización espontánea donde no había líderes y cada cual cumplía su rol rotativo (limpieza, trabajo, alimentación, etc).

Periódicas reuniones de tipo asamblea permitían ajustar y/o producir variantes.

Efectivamente, en febrero de 1972 La Cofradía fue dispersada por el acoso insostenible de la policía. Los cófrades se distribuyeron en diversos sitios, casas de amigos etc.

Sobrevolaba la idea de viajar a Europa para mostrar el rock nacional en otras tierras donde se suponía que lo recibirían mejor.

Junto a Miguel Cantilo algunos se fueron al Sur en la zona de El Bolsón, otros viajaron a Brasil, hubo quien se quedó fundando ferias de artesanos en Mar del Plata, otros fundaron comunidades en Entre Ríos.

Inesperadamente Ricardo Legna se saca la lotería de Entre Ríos y junto a Morcy Requena viaja a Londres con el objetivo de conseguir una casa capaz de albergar al resto.

Allí logran el objetivo propuesto y además toman contacto con el sello Virgin Records mostrando unas cintas y el disco de La Cofradía e interesan también al manager de Led Zeppelin.

Envían los pasajes y una parte de la ex Cofradía sale para Londres entre ellos Jorge Pinchevsky.

Al llegar a Jorge se le ocurre ocultar algo de marihuana en su violín, cuando cruzan lo primero que hacen los guardias de frontera es revisar el violín apenas lo ven.

A la sazón Morcy y Ricardo (el Flaco) Legna habían decorado una gran casa para recibir a los inmigrantes y esperaban impacientes, pero lo que si llega es un vehículo de Scotland Yard que les pregunta si esperaban a alguien; ante la afirmativa respuesta los deportaron inmediatamente a Holanda junto con el grupo recién llegado y la historia siguió...

En la faz musical La Cofradía tocó por primera vez un 21 de setiembre de 1967 en La Plata.

A partir de allí sus presentaciones fueron bastante regulares, sobre todo en el interior de la Pcia. De Bs. As.

Al año siguiente debutan en Buenos Aires en el Teatro del Globo, luego realizan una mini-ópera inspirada en un cuento de Bradbury en el Instituto DiTella y tambien actúan en el CAYC de Glusberg en la inauguración del artista ambientalista Christo y algunas presentaciones en el Teatro Payró junto al Tata Cedrón.

Se presentan en el Festival de la Revista “Pin up” en el Anfiteatro Municipal, en el Festival de la “Musica Beat” del Teatro El Nacional y en el primer "Buenos Aires Rock" en el Velódromo Municipal.

En abril de1970 organizan el primer megafestival de la Argentina : Las “30 horas de Rock” en el Estadio Atenas de La Plata.

Allí tocaron sin intervalo durante casi tres días unas 200 bandas entre las que estaban todas las del comienzo del rock nacional : Almendra, Manal, Arco Iris, Vox Dei, Moris, Pajarito Zaguri, Facundo Cabral, Diplodocum, Red & Brown y muchos más.

Fuentes: http://aguantelacofradia.blogspot.com

content="Microsoft Word 11">http://folkuruguay.blogspot.com/2010/05/la-cofradia-de-la-flor-solar-historia.html


9 de enero de 2010

UN PROGRAMA REAL...



Cuando se va el domingo en

Buenos Aires, llega el latido...



Desde Alemania, Daniel Irigoyen repasa lúcidamente el origen del rock argentino


El cantautor argentino Daniel Irigoyen, residente en Alemania desde hace tres décadas, acaba de editar el libro "A un paso del cielo (Confesiones de un superviviente)", en el que hace un pormenorizado repaso no exento de lirismo y nostalgia del origen del rock en la Argentina.
Irigoyen habla del asunto con conocimiento de causa, ya que participó activamente del nacimiento del género en el país desde el grupo iniciático Los Mentales.

La obra, editada en España y de venta sólo por internet, constituye un recorrido por los distintos hechos políticos y sociales que rodearon al nacimiento del rock argentino, enriquecido por distintas anécdotas que el autor vivió entre la segunda mitad de la década del '60 y los primeros años '70.

A diferencia de otros ensayos sobre el tema, Irigoyen, de 57 años, no sólo se detiene a analizar las influencias musicales del rock -tema en el que hay coincidencia de parte de los especialistas- sino que también aborda el contexto cultural.

En esa mirada no faltan referencias a la literatura, el cine italiano y francés y la contracultura porteña del Instituto Di Tella y el Bar Moderno, por ejemplo.

En comunicación telefónica con la agencia Télam desde Hamburgo, donde vive con su esposa e hija alemanas, el cantante y percusionista explicó que "fue un libro necesario, algo que se fue desarrollando en silencio dentro mío a través de todos estos últimos años".

"Llegando al umbral de los '60, todo lo que uno puede hacer como artista creador es un intento de vencer a la muerte, ¡pavada de intento!", comentó.

Con voz clara y sencilla en la que sobresalen palabras como "loco", "laburar" o "garpar" -que llaman la atención en un hombre que hace 31 años vive en Alemania-, aclaró no obstante que "la posteridad no tiene nada que ver con el poder o las ansias de reconocimiento, sino más con una necesidad de ser comprendido como ser humano limpio de envidias y rencores".

En su trabajo, Irigoyen no priva al lector de sabrosas anécdotas, entre ellas la descripción del apasionado romance que tuvo a fines de los '60 con la modelo del momento, Liliana Caldini, que luego se casó con el locutor y animador Cacho Fontana, con quien fue madre de mellizas.
Sin pelos en la lengua, el autor cuenta que mientras mantenía con Caldini una relación volcánica, Fontana le enviaba entre 50 y 100 rosas todos los días y se declaraba como su principal admirador. Cuando el romance del músico y la modelo terminó, el popular animador televisivo y radial tuvo premio a tanta constancia.

Otra de las anécdotas incluye al inigualable guitarrista Norberto "Pappo" Napolitano, con quien el autor estableció una entrañable amistad cuando ambos eran adolescentes.

Además de recordar las tardes que pasaban tocando la guitarra en la pieza de Pappo, en la casa familiar del barrio porteño de La Paternal, Irigoyen narra que el guitarrista viajó a Alemania y se encontraron -ya adultos- en Hamburgo: ambos fueron presos en estado de ebriedad por cometer disturbios a bordo de un colectivo.

También evoca con emoción una ocasión en la que en una "zapada" terminó cantando "What'd I Say", el clásico de Ray Charles, a dúo con Sandro.

En el plano musical, el autor no oculta su preferencia casi devota por Los Beatles, a quienes asigna prácticamente la totalidad de la creación y la estética de aquellos años, pero también destaca los aportes de Ray Charles, Hugo Fattoruso, Little Richard, James Brown, Otis Redding, Jack Bruce y Stevie Winwood.

Irigoyen pasó la infancia en Vedia, provincia de Buenos Aires, y cuando tenía 13 años llegó a la Capital Federal, donde conoció y fue haciendo amistad con Alejandro Medina, Tanguito, Carlos Mellino y Litto Nebbia, entre otros adolescentes que luego integrarían la primera camada de músicos del rock argentino.

Así fue que conoció las largas pernoctadas en la pizzería La Perla, en el barrio de Once y las míticas reuniones en el local La Cueva, en avenida Pueyrredón al 1700, donde los inicipientes rockeros se juntaban con músicos de jazz para hacer largas improvisaciones.

Testigo directo del gran éxito que tuvo el grupo fundamental Los Gatos, capitaneado por los rosarinos Litto Nebbia y Ciro Fogliatta, integró como vocalista Los Mentales, una formación con ciertas referencias a aquéllos, en los que actuó Juan Rodríguez, luego baterista de Sui Generis.

Los Mentales grabaron dos discos simples -una canción por cara- y cuando tenían material como para llevar al vinilo su primer disco todas las pruebas quedaron en poder de RCA Víctor, ya que la iniciativa quedó descartada por problemas económicos.

Ya en el final de la charla, Irigoyen admitió que es difícil la vida en el exilio, aunque siempre mantiene una cercana relación con la música y la literatura, campo éste que define con su otra gran pasión.

"Escribir o componer es una forma de sentirse vivo, enfrentar la adversidad de lo cotidiano y superarlo en cada tonada o pensamiento. Intentar que llegue como lo mejor que tengo para ofrecer hasta el próximo CD o libro", graficó.

El artista lleva grabados dos discos de alcance internacional en Alemania, en los que desde la batería y la percusión ("tocar con las manos mata, porque es piel sobre piel", graficó) aborda temas propios de ritmo afrocubano, básicamente.

Buenos Aires (por Jorge Pailhé)


DANIEL IRIGOYEN ALBUM - SUEÑOS PELIGROSOS
"La llama pura de la vida, ante ese grito del corazón"